Con ansias se esperaba la erección de un obispado propio para Costa Rica. Después de un largo proceso de negociaciones, el 28 de febrero de 1850, el Santo Padre beato Pío IX (1846-1878) emite la bula “Christianae religionis auctor”, erigiendo la Diócesis de San José de Costa Rica, desmembrada de la de León de Nicaragua y creada como sufragánea de la sede Metropolitana de Guatemala.
La erección de la Diócesis viene a dar un fuerte impulso a la labor de evangelización de la Iglesia costarricense. Tres Obispos, Mons. Anselmo Llorente y Lafuente (1851-1871), Mons. Bernardo Augusto Thiel Hoffman C.M. (1880-1901) y Mons. Juan Gaspar Stork Werth C.M. (1904-1920), pastorearon la Diócesis de San José.
En este período de Diócesis única se erigieron muchas de las Parroquias más antiguas de Alajuela, como Grecia, San Ramón Santa Bárbara, Poás, Palmares, Belén, Naranjo, San Joaquín, Zarcero, Sarchí, Sabanilla, San Carlos, entre otras.
Nace la Diócesis de Alajuela
El día 16 de febrero de 1921 el papa Benedicto XV emitía la Bula “Praedecessorum nostrorum”, mediante la cual constituía a la República de Costa Rica, en “Provincia Eclesiástica”, integrada por una Arquidiócesis, una Diócesis y un Vicariato Apostólico.
• La Arquidiócesis, llamada de San José, integrada por los territorios civiles de San José, Heredia y Cartago.
• La Diócesis de Alajuela integrada por los territorios civiles de Alajuela, Puntarenas y Guanacaste.
• El Vicariato Apostólico de Limón integrado por los territorios civiles de Limón y el Cantón cartaginés de Turrialba.
Posteriormente, para una mejor atención pastoral y administrativa, dado el aumento poblacional, se crean tres diócesis más: la Diócesis de San Isidro del General, la Diócesis de San Antonio de Tilarán y la Diócesis de Ciudad Quesada.
La primera fue creada por el Papa Pío XII en el mes de agosto de 1954, mediante la bula “Neminen fugit”, con territorios desmembrados de la Diócesis de Alajuela (parte sur de la actual provincia de Puntarenas) y de la Arquidiócesis de San José (parte sur de la actual provincia de San José, incluida la zona de los Santos). Su primer obispo fue el sacerdote alajuelense Monseñor Delfín Quesada Castro, oriundo de la parroquia de Poás, quien falleciera en el año de 1974.
La Diócesis de San Antonio de Tilarán fue erigida por el Papa Juan XXIII, mediante la Constitución Apostólica “Qui Aeque”, el 22 de Julio de 1961, también con territorios desmembrados de la Diócesis de Alajuela (parte central y norte de la actual provincia de Puntarenas, toda la provincia de Guanacaste y algunos poblados norteños de Alajuela). Es interesante anotar aquí que también el primer Obispo de esta Diócesis fue otro sacerdote alajuelense, Monseñor Román Arrieta Villalobos, a quien le sucedió en la Sede Episcopal otro alajuelense, Monseñor Héctor Morera Vega, oriundo de Palmares, cuando el primero fue trasladado como Arzobispo de San José, a la Arquidiócesis del mismo nombre, en el año 1979.
La Diócesis de Ciudad Quesada fue creada por el Papa Juan Pablo II mediante la Bula “Maiori christifidelium bono”, con fecha 25 de Julio de 1995, con territorios “eclesiásticos” desmembrados a las Diócesis de Alajuela (los cantones de San Carlos, Sarapiquí y Los Chiles) y Tilarán (Upala y Guatuso). Su primer obispo fue el presbítero Ángel San Casimiro Fernández, del presbiterio de la Diócesis de Alajuela, religioso Agustino Recoleto de nacionalidad española.
Una nueva Diócesis se origina a partir de esas, es la Diócesis de Puntarenas. Se erige el 17 de abril de 1998 a través de la bula Sacrorum Antistites del Papa Juan Pablo II, quitándole territorio para su creación a la diócesis de San Isidro de El General y Tilarán. Abarca desde Quepos, hasta Chomes, Monte Verde, Esparza y en el sur de ka península con Cóbano, Jicaral y Paquera.
Es así como la Diócesis de Alajuela cuenta actualmente con “cuatro diócesis hijas”, tres obispos nativos y uno que, aunque nacido en otras tierras, perteneció a su presbiterio antes de ser ordenado obispo.
Cuando en el mes de Julio del año 1961 se desmembraban de la Diócesis de Alajuela esos grandes territorios para crear la Diócesis de Tilarán, la Sede Romana consideró pertinente recompensar a Alajuela agregándole, eclesiásticamente, los territorios de Santa Bárbara, Belén, Flores, Sarapiquí y Turrubares, pertenecientes hasta entonces a la Arquidiócesis de San José, mediante el Decreto Consistorial “Majori animarum bono”, del 21 de agosto del mismo año. Exceptuando los primeros cuatro cantones heredianos, el cantón josefino de Turrubares fue reincorporado nuevamente a la Arquidiócesis en el mes de Julio de 1981, por mutuo acuerdo de los Obispos interesados.
PARA SABER MÁS…
Antes del año de 1921 “eclesiásticamente” las cosas eran diferentes en Costa Rica. Oficialmente Colón descubre América el 12 de octubre de 1492 y a causa de esta gesta es que el Papa Borja, Alejandro VI, expide el 4 de mayo de 1493 la bula “Inter caetera”, mediante la cual declaraba sujetas al Reino Español todas las tierras descubiertas y por descubrir. Dos meses después, el 25 de Julio, promulgaba la bula “Piis fidelium”, mediante la cual nombraba al padre Fray Bernal (?) o Bernardo Boil (?) (Benedicto, secular?), “Primer Vicario Apostólico de las Indias Occidentales”, con sede en La Española, hoy República Dominicana. Este padre acompañó a Colón en su segundo viaje, iniciado el 25 de Setiembre de 1493. A este sacerdote podemos considerarlo el primer obispo de América insular, ya que el primer obispo de tierra firme fue Monseñor Juan de Quevedo, quien estableció su sede en la población de Santa María la Antigua del Darién, en Panamá, en el año de 1513; dicho sea de paso, en esta población se construyó el primer “templo” cristiano del Continente, con rango de Catedral.
No va a ser hasta el 3 de noviembre de 1534 que el Papa Pablo III, por medio de la bula “Aequum reputamus”, creaba, canónicamente, la Diócesis de León (Nicaragua) y Costa Rica; siendo su primer obispo el sacerdote secular Monseñor Diego Álvarez Osorio. Decimos canónicamente, porque “de hecho” esta diócesis había sido creada por el Papa Clemente VII tres años antes, en el Consistorio del 26 de febrero de 1531; pero por motivos que desconocemos no promulgó la bula correspondiente en esa fecha. Esta diócesis quedó como sufragánea de la Arquidiócesis de Sevilla, España, hasta el 11 de febrero de 1546, año en que pasó a ser sufragánea de la Arquidiócesis de Lima, Perú, hasta el 16 de diciembre de 1743. En este año, al crearse la arquidiócesis de Guatemala, quedó sometida a esta nueva jurisdicción eclesiástica.
Es interesante anotar que mientras pertenecimos eclesiásticamente a la Arquidiócesis de Lima tuvimos tres grandes santos: Santo Toribio de Mogrovejo, arzobispo de Lima y patrono del episcopado latinoamericano, Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres.
Para el año de 1850, mediante la bula “Christiane religionis auctor” (28 de febrero), el papa Pío IX constituía a Costa Rica en Diócesis propia, separada de Nicaragua, pero siempre sufragánea de la Arquidiócesis de Guatemala, sufraganeidad eclesiástica que perduró hasta el año 1921, en que se creó la Provincia Eclesiástica de Costa Rica, como decíamos al principio de este capítulo. Entre el año 1850, en que Costa Rica es erigida en Diócesis, y el año de 1921 en que es constituida en Provincia Eclesiástica, tuvimos tres obispos, a saber: Monseñor Joaquín Anselmo Llorente y Lafuente (1850-1871) I Vacante 1871-1880; Monseñor Bernardo Augusto Thiel Hoffman (1880-1901) II Vacante 1901-1904; Monseñor Juan Gaspar Stork Werht (1904-1920) III Vacante 1920-1921.
A estos tres primeros obispos de Costa Rica los alajuelenses les debemos las construcciones de varios templos parroquiales, empezando por nuestra actual Catedral (1854), y la erección de las parroquias de Atenas (1846?; 1863?), Santa Bárbara (1852), San Ramón (1854), Grecia (1856), San Mateo (1859?), Poás (1862), Palmares (1866), Belén (1867), Naranjo (1885), San Joaquín de Flores (1897), Sarchí (1910), Sabanilla (1910), Orotina (1910), Zarcero (1910) y San Carlos (1912).